Vivo en un eterno viaje, aunque diferente a los que estamos generalmente acostumbrados a realizar. Como paleontólogo, no importa tanto la distancia espacial como la temporal. Por tanto, paso el tiempo entre la actualidad y diversos mundos remotos, habitualmente distantes, situados hace varias decenas de millones de años. 

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Desde pequeño he estado muy entretenido con la paleontología y con el arte. Quizá, este estrecho vínculo que he establecido entre ambas disciplinas sea el motivo por el que en mis esculturas nunca faltan los animales. Se podría decir que mis bronces son atemporales, mostrando mi visión personal de animales del pasado y del presente.

                                                                     

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  Adán